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Antecedentes:

La Peninsula Ibérica junto con el litorial mediterráneo del sur de Europa, la costa marroquí del nororeste de Africa, y las aguas del archipielago canario hasta el Golfo de México, son las que mayor número de capturas han tenido a lo largo de la historia del Océano Atlántico, sin olvidar el océano Pacífico. Muchos de estos países del litoral cambiaron el antiguo arte del salazón en el más moderno de "las conservas en lata", un descubrimiento del ingles Donkin en el siglo XIX. 
Con el tiempo se mejoraron los sistemas de capturas de túnidos, se comenzaron a usar jaulas de engorde, los barcos se actualizaron y perfeccionaron usando cámaras y otras máquinas conserveras, al modernizarse los barcos refrigeradores, se llego a un alto valor comercial a causa de los mercados, en concreto del japonés de Tokio.

Las nuevas técnicas:

Se construyeron grandes piscinas de engorde, donde se guardan los atunesdelgados del revés y los no adultos para ser alimentados antes de su peso ideal de comercialización. Las primeras granjas de las que se tiene noticias son las del sur de Australia en el año 1991, aunque sus experimentos anteriores se remontan a 1980. En España, y en concreto en el Mediterráneo se comenzaron a usar en 1995, y a principios del siglo XXI la costa de Murcia se puso a la cabeza en el encierro del atún rojo salvaje, para su engorde en cautividad. Claro que esto conlleva un desastre ecológico y es que, al ser capturados para engordar los atunes salvajes pequeños y no dejarlos llegar a adultos, se produce una sobreexplotación y se interrumpe la migración y reproducción natural, disminuyendo, por lo tanto, el número de atunes adultos en nuestros mares. 

Sin embargo países como Méjico, no importan ni transforman atunes que no certifiquen que durante su pesca, no se excedió el 10% del atún total el número de atunes juveniles de aleta amarilla, patudos y listados. Se entiende por juvenil el atún que no excece de cuatro kilos de peso por individuo y sesenta centímetros de longitud. Según la almadraba de Barbate, en el último medio siglo XX, las capturas sólo en esa pesquería arrojaba números cercano a 30.000 atunes entre los años 1950 y 1960, cifra que empezó a descender a menos de 10.000 al año en la década 1960-1970, para bajar a menos de 5.000 atunes anuales entre 1970 y 1980, y continuar en la línea descendente a finales de la década de los 90. Todas las alarmas comenzaron a sonar a comienzos del siglo XXI con la pesca masiva del atún. La mayoría de los paises europeos comenzaron a hacer desaparacer las redes de malla a finales del siglo XX , hasta que se prohibió su uso definitivamente en el año 2002.

Estas artes de deriva atunera conocidas como volantas, usadas también para captura de bonitos, esquilman los bancos de túnidos, además de asesinar a otras especies no aprovechables para el consumo humano, como ballenas, defines, tortugas y aves marinas. El problema no se ha erradicado ya que existen numerosos paises africanos que siguen haciéndose con estas antiguas redes y artes europeas. Los caladeros necesitan protección, pues existen barcos piratas, que pescan atunes pequeños en el Mediterráneo sin permisos gubernamentales. El atún rojo se extiende no sólo por el Océano Atlántico meridional sino también desde el Mediterránero europeo hasta el golfo de México por las costa este americana (Thunnus thynnus thynnus), pues abarca otras franjas marinas en el Océano Pacífico meridional y norte, desde el litoral oeste de Norteamérica hastas las islas de Japón y la costa de China (Thunnus thynnus orientalis), y al sur del Océano Pacífico, a sureste de Austalia (Thunnus maccoyii).

Hoy existen grandes organismos internacionales dedicados a la protección del atún, tales como la Comisión Interamericana del Atún Tropical, en la Jolla de California y la comisión del Atún Meridional de Aleta Azul, para dosificar la pesca de esta especie, intentan frenar a países como Japón, que deciden unilateralmente aumentar sus cuotas de pesca cercanas a los 20.000 atunes ó seis mil toneladas de atunes anuales en aguas cercanas a Australia y en los océanos Pacífico e Índico, además de adquirir más piezas en los mercados almadraberos del Atlántico y el Mediterráneo.

El importante valor alimenticio y económico del atún, hace que su futuro deba estar regulado por acuerdos internacionales que establezcan límites de capturas y regulen el uso de las artes 

de pesca de esta especie. Los puntos que recogen diversas organizaciones ecológicas internacionales para salvar el atún rojo y que solicitan a los paises del Atlántico Este y del Mediterraneo 

son lo siguientes: 
1-Establecer un régimen de conservación y gestión estricto de la pesca del atún. Basándose en la prohibición de la pesca pirata y bajo bandera de conveniencia, así como en la precaución y en la recuperación de otras especies afectadas por su pesca fortuíta como consecuencia de la pesca del atún.
2-No importar atún procedente de estos barcos, buscando garantizar siempre la procedencia de las capturas. Cerrar, también, la puerta a los barcos de conveniencia y a los que los ayudan. 
3-Los países deben trabajar para evitar la colaboración con este tipo de embarcaciones.
4-Como consecuencia de esto prohibir el reabanderamiento de estos barcos, con el único objetivo de evitar los acuerdos internacionales.

La especie devastada:

Según los últimos informes mundiales de la World Wide Fund for Nature, WWF, (Adena en España), es ya una evidencia el descenso en la media de kílos por atún de cada campaña. Efectivamente se confirma lo que ya era un secreto a voces, la capturas de Atún rojo en el Atlántico oriental y en el Mediterraneo superan las 50.000 toneladas, cuando la cuota oficial establecida por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) es de 32.000.
Los informes, se basan en datos de varias fuentes oficiales y se presentea como uno de los estudios más completos realizados sobre la pesca ilegal de esta especie. La sobreexplotación llega fundamentalmente de cerqueros de Francia, Turquía ó Libia, que superan con creces el límite máximo permitido. Países que, además, han contribuido a bloquear las medidas conservacionistas planteadas en el seno del ICCAT.

España aparece bien situada en estos informes al respetar las cuotas oficiales, aunque empresas de capital español aparecen como colaboradoras de las prácticas irregulares de otros países. El informe de ADENA corrobora las denuncias de los almadraberos. La gerente de la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba, Marta Crespo, alerta de la reducción de capturas y tamaño de las piezas debido a una pesca indiscriminada. "Bruselas tiene que actuar", defiende. Ya han pedido una veda entre julio y diciembre, elevar la talla mínima a los 30 kgs, la presencia de observadores a bordo y limitar el número de granjas de engorde. Pero para ADENA puede ser demasiado tarde. Según los últimos informes los síntomas para el pesimismo existen. "Podría ser la mayor crisis pesquera desde la del bacalao de Terranova", adiverte el responsable de la organización ecologista , Raúl García. 

 

Autor: José Gómez Martínez ©

 


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