Duques de Medina Sidonia

Por atún... y a ver al Duque:

Este refrán significa hacer algo con dos fines. Actuar de forma hipócrita. Proviene de la Almadraba. Durante el reinado de Felipe II, la almadraba de Zahara de los Atunes pertenecía a Alonso Pérez de Guzmán, duque de Medina-Sidonia. Cuando el duque andaba por allí eran muchos los que se acercaban a medrar con él, con el fin de obtener algún beneficio, por eso se decia como excusa ir a comprar atún para ir a ver al duque.

 

Por atún...

Dentro del mundo de la almadraba había dos grupos de almadraberos, que en la jerga de la zona se llamaban "los de Levante" y "los de Poniente".  [el Duque en la Almadraba] "Los de Poniente" eran los dueños de los barcos, encontrándose entre ellos, el armador mayor, dueño de la embarcación y sus subordinados. Procedían de los pueblos próximos, especialmente del litoral de Gibraltar. "Los de Levante" eran los que remendaban las redes, tiraban de la jábega, y remataban a los atunes en la playa con los cloques. La rivalidad era manifiesta entra ambos grupos y los enfrentamientos continuos, ya que si "los de Levante" eran aventureros llegados de todas parte, "los de Poniente" no les iban a la zaga, tal como fueron descritos por el padre León como "..caribe, forajidos y bandoleros con sus escopetas al hombro; que si los encontrásedes en el campo temeríades con razón si os habían de matar salteándoos..".

También se describe a "los de levante" por el padre Santibáñez, como "..aventureros y hombres perdidos, muchos de ellos facinerosos, rufianes y forajidos...". Pues bien ambos grupos venían a trabajar en las almadrabas en la pesca del atún. Venían por atunes para el Duque de Medina Sidonia.
Al margen de esta organización oficial, el ejército picaril tenía su propia organización "comercial". Una orgnizacion perfectamente estructurada y jerarquizada, como quedó reflejada en esa especie de Constitución picaril-almadrabera que es el poema de Persio Bertiso, entre otras ordenanzas, se instruye sobre "los ardides y traças que han de usar para urtar los atunes".

...Y a ver al Duque:

Las pesquerías del atún era muy importante por los beneficios que aportaba a la casa ducal. Era todo un espectáculo porque atraía la curiosidad de la gente. En las almadrabas se llevaba una vida libre y licensiosa, lo cual producía una gran atracción sobre vagabundos, embaucadores, perdularios y otros ejemplares del amplio muestrario de la vida picaresca de los siglo XVI y XVII.

 A parte del espectáculo de la pesca del atún, había otro bastante impresionante y, éste era, la corte del Duque de Medina Sidonia. Los Duques acudían asiduamente a la almadraba "permaneciendo en ella desde que se botaban las redes, hasta que se recogían en la chanca. Fueron los Medina Sidonia expertos en esta industria, que les ocupaba todo el año, interviniendo personalmente en la preparación de pertrechos y recluta de personal. En 1639 el duque D. Gaspar, alejado muy a su pesar de tales menesteres, deja constancia escrita de sus conocimientos".

Por esa constancia en la presencia en la almadraba y por sus conocimientos del tema, al duque se le llamaba "Dios de los atunes". Acudía frecuentemente acompañado de otros Grandes de España. El duque , su corte y sus invitados, ponían como nos dice el padre Herrera Puga, " su nota de aristocracia en aquel ambiente de tanto contraste social". El padre León nos dice que allí estaban "los oficiales mayores como el capitán y justicia mayor, contador, tesorero y veedor de la mar, caballeros, mozos y pajes de espada que servían de ayudantes", además de "el maestro del Duque, el camarero mayor y los guardas que vigilaban las torres, los atajadores que recorrrían a caballo dando rondas por la playa...". También hay constancia de la presencia de reyes en la pesca de las almadrabas del duque de Medina Sidonia. Por eso, la palabra "almadraba" aparece en la Crónica de Pedro I, citando su desplazamiento a las almadrabas. 

También aparece en la crónica de Enrique IV se relata que, después de una asistencia a una cacería de leones en el norte de Africa (en contra de lo que le aconsejaban sus asesores) asistió a la pesca del atún en la almadraba.
La corte en Conil se alojaban en el Castillo de la Torre de Guzmán y en la edificaciones levantadas al efecto alrededor de la Torre de Castilnovo. En Zahara de los Atunes se alojaban en el castillo de la localidad.
Los pícaros venía a ver al duque. A verlo y a cumplimentarlo, con arreglo a su peculiar "código ético". En la ordenanzas de Persio Bertiso se ordenaba que cuando llegasen a la almadraba "contésmente besen al duque la mano".

 

Autor: José Gómez Martínez ©

 

 


Esta web utiliza cookies técnicas, de personalización y de análisis, propias y de terceros, para anónimamente facilitarle la navegación y analizar estadísticas del uso de la web. Si continúa navegando, acepta su uso. 
Aceptar | Más información