Los piratas

Los piratas en Zahara de los  Atunes                                                                                                             

El peligro de los piratas en el sur en los siglos XVI y XVII

En estos siglos fueron muy frecuentes las intervenciones de los piratas turco-berberiscos en busca de botín y esclavos en la zona del Estrecho de Gibraltar. Barbarroja fue nombrado por Soleimán en 1535 general de la armada del imperio turco-otomano y aumentó la piratería. Carlos I conquistó Túnez en 1541 pero no pudo con Argel, por lo que los piratas siguieron actuando a sus anchas.
Cuando, en 1543 Soleimán se alió con Francisco I, rey de Francia, Barbarroja se fue a Marsella y aumentó la piratería en las costas del sur de España. En ese año se produjo una gran alarma en todo Cádiz, ante la noticia de que se estaba armando una gran armada franco-turca en Marsella. Todo esto no sirvió de mucho, porque los berberiscos asaltaron Tarifa y luego se acercaron a Zahara de los Atunes.


 

Los ataques de los piratas a Zahara de los Atunes

Unos 450 corsarios desembarcaron en Zahara de los Atunes, o al menos, según la crónica de Andrés de Burgos.
 El 22 de Mayo de 1543 desembarcaron en Camarinal en bajo de Bolonia, a legua y media de la almadraba de Zahara de los Atunes. Los turcos soltaron a sus corredores, que se engalanaban con una bandera roja, unos 50 cautivaban y mataban a quien se cruzaban. Los otros 400 se dirigieron a la “chanca”, donde más gente había, allí se toparon con el capitán y los escuderos a caballo, serían unos 24 jinetes, mientras que  el resto de la guarnición se defendió a pie por espacio de media hora. La caballería se adentró bastante en las filas turcas, lo que hizo que se desbaratara su ataque. Sin embargo los turcos se llevaron una gran cantidad de cautivos (50) sobre todo los llamados “corredores” y mataron a bastante personas, algunas muy conocidas en la localidad, como un tal Marcos Pardo, arriero.  Tocaron sus dulzainas y tambores y se retiraron adonde estaban sus fustas, pero después de una hora de espera para embarcar, no pudieron y tuvieron que regresar a Camarinal, donde habían desembarcado para retirarse. Señala en su crónica, Andrés de Burgos, que como “héroes o destacados” se encontraron al capitán, al veedor, a un tal Toro y otro llamado Ariscado,
En este breve relato se confirma el peligro de la piratería turco berberisca en Zahara de los Atunes. Este asalto es evidente que lo protagonizó toda una escuadra, seguramente con la mita de barcos que años atrás habían atacado Gibraltar. Curiosamente a la vez que esto ocurría en Zahara de los Atunes, Puerto Real avisaba a Jerez de que “los moros berberiscos andaban pirateando y dando saltos por la costa”.

Sin embargo este no fue el único ataque de los piratas a Zahara de los Atunes, se registraron algunas incursiones más, así, el 19 de Mayo de 1562, Aligur, más conocido como “Alí Orejón” que tuvo una relación muy intensa con la comarca de la Janda, desembarcó en Zahara de los Atunes donde capturó a 49 personas, almadraberos casi todos y por puro placer mató a las bestias de los arrieros, destrozó la iglesia, barcas y artes. A los misioneros y clérigos que se encontraban intentando meter en vereda a todos los pícaros, ni los tocaron, seguramente sabían que no le darían nada por ellos. Aligur fue listo y rápido, se embarcó con su botín y dirigió sus barcos a San Lucar, allí estaba la Condesa de Niebla (a la que no le gustaban los conflictos) y le solicitó el rescate de los recién apresados en Zahara de los Atunes. La condesa pagó 1.118.719 maravedíes y dio 20 ducados a los arrieros por las mulas muertas.

Otros ataques los narra Braudel, en 1617, robaron a sangre y fuego todas las Almadraba de Andalucía y de Cerdeña. Evidentemente la almadraba de Zahara de los Atunes fue una de las más afectadas.

A partir de 1637 se produce un recrudecimiento de la piratería, de tal manera que en 1640 el Duque de Medina Sidonia escribe al rey advirtiéndole de la indefensión del litoral. Bustos informa que en 1641 los berberiscos atraparon un barco en la almadraba de Zahara de los Atunes.

El 21 de Junio de 1645 se vuelve a producir un ataque berberisco sobre las playas de Zahara de los Atunes. A las 3 de la madrugada tocaron a rebato. Los moros aparecieron en su bergantín. Los soldados y almadraberos fueron a buscarlos a las peñas de Bolonia, donde se habían escondido. Lucharon cuerpo a cuerpo y los moros se retiraron dejando atrás 2 esclavos cristianos y 3 muertos. Los enterraron en la playa por la amenaza de peste que rondaba en aquellos años.

El 25 de Mayo de 1646 tocaron la alarma en Zahara de los Atunes. El capitán de la almadraba y algunos trabajadores y soldados botaron al mar una fragata en busca de los piratas. Atracaron un bergantín y le dispararon. Hubo suerte, pues fue una confusión ya que se trataba de una nave de cristianos.

El último gran ataque del que tenemos noticias data del 26 de Junio de 1646, protagonizado por piratas de Argel y Tetúán, nos lo cuenta Alvarez de Toledo. El día 25 se levantó la almadraba y los criados del Duque se fueron a Sanlúcar.  El alcaide de Zahara de los Atunes y los escuderos se fueron a Vejer. Las faenas habían terminado y dejaron sólo en la Torre de Levante del Castillo a Antonio Almanza Valiente.  Aquella madrugada desembarcaron 600 piratas turco-berberiscos de tres galeras que venían de Argel y Tetuán. Los piratas desembarcaron y siguieron el camino de Cabo de Plata, mientras los barcos esperaban donde se colocaban las redes de la almadraba. Se colaron en el castillo subiendo una duna de arena que estaba pegada a la muralla. Antonio Almanza se defendió hasta el amanecer, disparando y tirando piedras. Al amanecer los berberiscos vieron que se trataba de un solo hombre y lo mataron de un solo disparo. Descubiertos en su ataque huyeron. Los daños causados fueron numerosos, habían rajado los cuadros de San Joaquín y Santa Ana de la capilla y roto una Virgen de Belén. Se llevaron copones, cálices, quemaron las pilas de los cartujos y se llevaron a la mujer y al hijo del mesonero, Mesón del Sol. Los piratas se retiraron con la campana de la chanca, que tiraron cuando cogieron a un vecino, que se cayó del caballo. Todo terminó entre las 8 y 9 de la mañana, de nada sirvió toda la artillería del castillo sin guarnición.

A partir de aquí, los ataques descendieron, era el año 1647, al parecer debido a las epidemias que parece ser cebaron en el norte de Africa y con un brote de peste en la comarca. Después de 1646 no hay noticias de más desembarcos de entidad en Zahara de los Atunes. Un viajero francés, en 1659, escribió que Algeciras se convirtió en el puerto favorito de los ataques piratas (sobre todo en la playa de Getares). Por lo tanto en el siglo XVIII, los asaltos de los piratas entran en declive y a ello contribuyó mucho el acuerdo entre las naciones europeas como Francia, Inglaterra y Holanda y los acuerdos firmados con los marroquíes
 

 

 

 

 

Autor: José Gómez Martínez ©

 


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